Presentamos el caso de una marca heredada de una gestión anterior, que perduró en el tiempo por motivos comerciales. En el logotipo detectamos una serie de problemas como resultado de un planteamiento gráfico poco acertado. La selección tipográfica no era adecuada, y no participaba del lenguaje elegido para la representación icónica, que por otra parte, manifestaba falta de síntesis y una estructura poco ajustada para la función de isotipo. Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, tomamos la decisión de volver a diseñar la marca desde cero para mejorar su efectividad, simplificando el dibujo y asignando una tipografía funcional. En definitiva, racionalizando el conjunto.